Apuesta con una madre sumisa...

Apuesto seriamente con mi madre y pierde la apuesta...

Me llamo Javier. Tengo una familia normal. Mi madre se llama Ana, es una señora guapísima y voluptuosa, de esas señoras que doblas el cuello para no dejar de verla si te la cruzas en la calle. Una señora morena, de 53 años, de buenas caderas, con un culazo grande y parado, buenas piernas y unas tetas bien bien grandes. Se cuida maravillosamente, conserva su cintura, se cuida, viste genial... la mami que todos mis amigos quisieran para ellos.

Mi padre es un buen hombre, trabajador, pero con un defecto...

Mi Hermana Rocio, mi Sumisa I

De como cambié las costumbres de corte clásico en mi casa

MI HERMANA ROCÍO, MI SUMISA

Capitulo 1

Me llamo Jorge y tengo 19 años, mido 1,80 y según las chicas, estoy muy bien. Nuestra familia está compuesta por cinco miembros. Mi padre, Andrés de 43 años, mi madre Carmen de 39, mi hermana Rocío de 20, mi hermano Álvaro de 18 y yo. Éramos una familia muy normal. Mi padre es licenciado en Derecho y tiene una gestoría, mi madre lleva la administración de la misma. Vivimos en un chalet de dos plantas en una pequeña ciudad cerca de Madrid.

Mi pa...

Vacaciones en Cabo de Gata - CAPITULO 5 (final)

Todo se había desmadrado y estaba muy cachonda... Sabía que de una vez por todas iba a poder tener sexo en esas vacaciones, pero no podía dejar tirado a mi cuñado.

VACACIONES EN CABO DE GATA (David & Sylke)

CAPITULO 5

Me sentía fatal por David, porque, aunque él mostrase naturalidad, tenía a su mujer follando con otro en su cama y yo para colmo, que le había calentado todo el día, me iba a follar con Fran. No era nada justo.

-        Pues a ver esa copa que preparas tan rica – le dije a mi cuñado en un piquito en los labios para contentarle.

Fran también estaba cortado, primero porque sabía que David era el marido de Natalia y su amigo e...

La cremallera 1ª parte

Lo que puede dar de si una cremallera.

Tenía 18 años, era un chico tímido, acomplejado, con granos en la cara y para nada me consideraba un chico que pudiera atraer a las chicas. No había dado el estirón aún. Me llamo Esteban, no tengo más hermanos.

Vivo en una barriada de Sevilla. Mí madre tiene 48 años, es la típica ama de casa, nunca ha trabajado, nunca se ha cuidado, está rellenita, es algo más alta que yo, más ancha que yo, tiene dos buenas tetas, grandes, pesadas y blandas. Nunca la había visto desnuda, nunca me había sentido atraí...

Guía como convertir a tu hijo en tu corneador

A menudo me piden consejos sobre cómo convertirás su mujer en hotwife, pero últimamente muchas parejas despiden consejo de como incluir a sus hijos en el juego, ya que la pandemia hace imposible y poco seguro quedar con sus amantes

A menudo me piden consejos sobre cómo convertirás su mujer en hotwife, pero últimamente muchas parejas despiden consejo de como incluir a sus hijos en el juego, ya que la pandemia hace imposible y poco seguro quedar con sus amantes.

Bueno quiero dejar esta pequeña guía donde hacer que tu hijo sea el perfecto macho. Empecemos por decir que ellos son los machos perfectos, biológicamente su sexo se aclopa perfectamente a nuestro sexo. Esto según varios estudios se debe a que el la época prehistórica ello...

Mi placentero confinamiento

Este relato no es en exceso erótico, pero puede sorprenderos, como a mí, el principio, el desarrollo y el desenlace que he vivido en este confinamiento.

Esta maldita pandemia del Covid-19, que ha asolado al mundo, nos ha pillado a todos desprevenidos y según la autoridades sanitarias, para combatir este virus, una de las medidas extraordinarias a cumplir es confinarnos allá donde nos encontremos, y en esas me encuentro.

¿Y dónde me hallo en este no salir a la calle y quedarme confinado? Bien podía ser en el domicilio en el que habitualmente resido con mi mujer, pero no. En esos días me encontraba en otra ciudad por asuntos de trabajo y qué casualidad,...

Betty confinada

¡Hola!, Betty de nuevo. Los que ya me conocen sabrán de mi por mis anteriores relatos, quien no aún está a tiempo de conocerme. Para los que me echaban de menos decirles que aquí estoy y que bueno, una tiene una vida ajetreada pero no siempre le ocurren situaciones que contar. Espero disfruten mucho.

Hola de nuevo y lo primero es desearles estén todos bien, que menuda broma por la que estamos pasando. Lo siguiente es disculparme ya que, a pesar de las numerosas peticiones por parte de ustedes, he estado un tiempo sin escribirles nada. La verdad es que las circunstancias y el poco ánimo con todo esto me lo han impedido pero ya parece voy recuperando un poco el entusiasmo. Igual tiene algo que ver lo que les paso a relatar y me ha sucedido en este confinamiento: una bonita historia de encuentro y reconcil...

Mamá quería mi virginidad 4

Después de la mágica noche donde mamá me desvirgó nuestra relación cambió completamente y entramos de lleno en una nueva vida de sexo y vicio.

Unos días después de que mamá me arrebatara mi virginidad me sentía más feliz que en toda mi vida. De puertas a fuera teníamos una relación normal, pero cuando estas se cerraban actuábamos como si fuéramos una pareja. Nos acostábamos cada día, si no era por la mañana antes de irme a clase era por la tarde cuando llegaba o pasábamos eternas noches de pasión y placer. Más de una vez repetíamos, insaciables de nuestros cuerpos.  Ya no quedaba sitio para los remordimientos, los sentimientos de culpabilidad o in...

Incesto en el monte (un incesto diferente)

Se empieza con un beso y se acaba cómo se acaba.

Los Becerros y los Mata Burras eran dos familias que vivían en una aldea gallega llamada Castroviejo. Desde tiempos ancestrales se llevaba a matar. La sangre estuvo a punto de llegar al río cuando Juan el Becerro supo que le quitara la novia Benito el Mata Burras. Suerte que ese día estaba en la taberna la guardia civil.

Juan, el Becerro, herido en su orgullo emigró a Suiza.

Con el paso de los años el Becerro se hiciera una casa de dos pisos que era la envidia de propios y extraños... Con sus pu...

Mamá quería mi virginidad 3

Finalmente mamá consiguió que todas mis dudas y la sensación de culpabilidad se desvanecieran. Me rendí, entregándole lo que tanto había deseado, mi virginidad.

El sábado desperté tarde. Durante la noche apenas había dormido. Estaba demasiado tenso, nervioso y me sentía muy culpable. Había estado a punto de sucumbir, de follarme a mi propia madre. Aquello me hacía sentir realmente mal, por mucho que mientras estaba con ella gozaba como nunca había imaginado.

Me encerré durante la mañana en mi cuarto con la excusa de tener que estudiar. A la hora de comer lo hice en silencio, sin mirarla. Ella parecía tranquila, actuando con normalidad y como siempre, muy segu...