El tónico familiar (7).
La alegría de la huerta, una cena sin postre y un callejón sin salida.
A l día siguiente, una soleada mañana de miércoles, estábamos de tan buen humor que desayunamos en el porche, colocando una mesita junto a los sillones de mimbre. Si un vehículo pasaba por la carretera de tierra al otro lado de la verja y miraba en dirección a la casa podría vernos, así que tuvimos que reprimir muestras de afecto demasiado efusivas. Aun así pasamos un rato muy agradable, charlando y bromeando, en voz muy baja cuando comentábamos algo relacionado con nuestra relación secreta.
Aun...