Otra de tantas
Uno de ellos se colocó encima de mí, pude sentir su peso y me obligaba a separar más las piernas, sintiendo en mi vagina la proximidad de su sexo, estaba húmedo y se sentía caliente. Sin mirarme a los ojos, me dijo te vamos a follar niña, te la vamos a meter hasta adentro porque eres una pequeña putita caliente- eso me puso casi al máximo de la excitación, y mientras trataba de cerrar las piernas repetía y repetía -no me viole señor, por favor, no me meta su pene por favor
OTRA DE TANTAS
Como los juegos con mis amigos tenían que cambiar, inventamos otro para no aburrirnos. Éste juego consistía en que yo tenía que caminar con una falda algo corta mientras colgaba la ropa.
Mientras yo caminaba agachándome, mostrándoles a mis amigos mis calzones, ellos estaban en el suelo sentados, mirando como yo me movía de un lado a otro, observándome las nalgas, dejando que me moviera como una mariposa en el aire, separando las piernas de vez en vez para que ellos pudieran ...