Para que sientas lo que yo
Cruel venganza de mi esposa, utilizando a su hermano y un amigo.
Sin preámbulos, iniciaré mi historia.
Mi primera eyaculación (que yo me haya dado cuenta) fue a los 12 años, cuando un hermano de mi madre insistió en que era tiempo de "convertirme en hombre" y me llevó a un prostíbulo.
La verdad, una experiencia francamente desastrosa, con una mujer que si bien era bastante guapa, sus modales no dejaban de ser los de una mujer vulgar.
Sin más, ni más, ordenó que me desvistiera y enseguida puso manos a la obra: me mamó la verga que tardó en ponerse er...