Complicidad entre primos 60

Alicia relata encantada su encuentro con Laura. Luis se desquita con Alicia de su chasco con Andrea. No se da por vencido y consigue quedar con Eva. El otro primo de Alicia no puede dejar de pensar en ella. Alicia mantiene firme a Alfonso.

Marta sonrió al ver entrar a su hija.

  • Por la cara que traes ya veo que te ha ido bien.

  • Muy bien. Yo también tengo derecho a disfrutar de ese culo como tú.

  • Claro, es precioso.

  • Y sabe como manejar el consolador, mira como me lo ha dejado.

Alicia se bajó el pantalón y le enseñó el culo a su madre.

  • Ya veo, ya.

  • Tú le hiciste un buen trabajo abriéndoselo, jiji, le entraba fácil.

Marta sonrió por el cumplido, Alicia se sentó a su lado en el sofá desnuda de cintura para abajo y le empezó a contar con detalle el encuentro. Conforme avanzaba, se iba abriendo más el kimono tocándose el coño.

  • Veo que te gusta. - Dijo Alicia burlona.

  • Sí, sigue contando, es que me estás recordando a cuando estoy con ella.

Después de concluir, Alicia mandó una foto del culo abierto de Laura a Carla y Manuel.

  • Como aperitivo.

Cuando se conectaron más tarde, indicó Carla.

  • Que no le has puesto cachondo a este, me ha dado por el culo antes de conectarnos. - Dijo girándose y mostrando el culo.

  • Jijiji.

  • Me encantaría penetrar ese culazo.

  • El de las tres has follado. - Indicó Carla.

  • Y sigo empalmado, - enseñando su polla . más tarde seguimos cariño. - Dándole un beso cariñoso en la mejilla. Pero cuenta primita, cuenta.

  • Se te va a poner más dura. - Advirtió Alicia.

  • Joder, sí que sabe manejar el consolador. - Exclamó Manuel al ver el culo de Alicia – Y hace ya un rato de eso.

  • Está muy callada pero que sepáis que fue mi mamá la que le supo abrir bien el culo, le entraba de maravilla.

  • Sí, hemos quedado varias veces y lo pasamos bien, muy bien.

  • Tenéis un cuerpazo las dos. - Dijo Carla.

  • Sí, de los que te gustan. - Completó Manuel.

  • Tú también tienes un cuerpazo. - Concluyó Marta.

  • Como os gustáis las dos. Venga, que sigo. Se estaba masturbando mientras se lo contaba, jiji. - Dijo Alicia mirando a Marta.

  • Carla también, miradla.- Advirtió Manuel cuando Alicia estaba contando cómo penetró el culo de Laura.

  • Se le nota en la carita. - Dijo sonriendo Marta.

  • Es lo más normal. - Se justificó Carla.

Alicia acabó de contar el encuentro.

  • Bueno, os tenemos que dejar que nos has puesto muy cachondos. - Dijo Manuel.

Manuel enseñó su polla tiesa y Carla con mirada lasciva, enseñó su coño humedecido.

Luis se consoló pensando que el domingo le esperaba Alicia y se desquitaría. Le contó su chasco y Alicia no pudo evitar reírse y más con lo bien que ella se lo había pasado con Laura. Aspecto que naturalmente le omitió.

  • Eso te pasa por buscar fuera lo que ya tienes, jiji. - Le dijo burlona.

  • Mira quien fue a hablar. - Respondió en el mismo tono.

Luis le bajó el pantaloncillo corto con fuerza e hizo reír a Alicia, que inmediatamente se quitó la camiseta, quedando desnuda.

  • Así me gusta.- Dijo Alicia.

  • Y a mí.

Alicia se quedó expectante mientras Luis acababa de desnudarse. Le extendió su polla con la mano y Alicia sin más órdenes, se arrodilló para empezar a mamársela. Disfrutaba de notar como se endurecía aún más en el interior de su boca y de saborearla. Alicia conocía a Luis y sabía cómo venía. Se incorporó y se tumbó en la cama complaciente, a merced de los deseos de Luis. Este le empezó a comer las tetas mientras recorría con la punta de la polla los labios vaginales. Hasta que finalmente la penetró con decisión y no la sacó hasta correrse dentro copiosamente.

  • Buf, venías necesitado de descargar, menuda corrida me has echado. - Dijo Alicia señalándose el semen chorreando por su coño.

  • La verdad que sí.

A pesar de todo, Luis quería follar con otra chica y no desaprovechar ninguna ocasión. Así que llamó a Eva, que se alegró al oírle. Tras unos cumplidos, y como Eva también deseaba, le propuso quedar.

  • Pues como te dije, estoy trabajando de dependienta y estoy toda la tarde, y tú vas de mañana a las clases.

  • Cuando puedas.

  • Um, si el sábado no estás con tu novia… podría ser a las 9 cuando salga de la tienda de ropa.

  • No hay problema.

  • Vaya qué relación tenéis.

  • Ella puede hacer lo mismo.

  • Pues mejor, el sábado nos vemos, un besito.

  • Un beso.

Luis se lo contó al día siguiente a Alicia y le dijo que ya haría planes. Pensó en proponer a su madre salir a cenar juntas. Marta aceptó encantada. Como de costumbre, fueron objeto de atención.

El otro primo de Alicia, no había podido dejar de fantasear con ella desde la cena de navidad. Recordaba su sonrisa, su voluptuoso cuerpo y especialmente sus tetas. Las había sentido cuando le dio dos besos y se recreaba en esa agradable sensación. Ansiaba poder volver a verla. Hasta ese momento no se había percatado de su grado de atracción y como familiar no había pensado en ella en términos sexuales. Se masturbaba a diario con ella como protagonista. Se la imaginaba bella e insinuante, enseñándole su cuerpo desnudo y ofreciéndole sus encantos. Besando sus labios, recorriendo su cuerpo con sus manos. Recibiendo una buena mamada y acabar follándosela.

La buscó en redes sociales y se descargó alguna foto que miraba con detalle. Se decidió a pedirle amistad y Alicia aceptó rápidamente mientras se sonreía. Fue objeto de risas en la conversación con Marta, Manuel y Carla.

La primera vez que soñó con ella, estaban en la cena de Navidad. Se levantó de la mesa y le pidió a Alicia que por favor le acompañara un momento. Un poco extrañada accedió a su deseo y se fueron solos a un cuarto.

  • Alicia, me gustas mucho.

  • Muchas gracias, pero aparte de ser tu prima, ya ves que tengo pareja. - Le dijo con una dulce sonrisa y un gesto casi de disculpa.

  • Ya, no puedo evitarlo.

La sonrisa de Alicia le había puesto aún más excitado. Le plantó las dos manos sobre sus tetas. Alicia reaccionó con sorpresa y se las quitó con un gesto serio.

  • ¿Para eso me haces venir? ¿Para tocarme las tetas? Ya te lo he dicho claro, no te comportes como un cerdo.

Aquello le seguía excitando más y su posición junto a la puerta, cortaba el paso a Alicia.

  • Volvamos a la mesa. No ha pasado nada.

Volvió a tocarle las tetas y la sujetó para besarla en los labios. Alicia no abrió la boca y le pellizcó una teta, el ay, hizo que la abriera y aprovechó para meterle la lengua. Despertó en ese momento muy excitado. Estaba con una erección y aprovechó para masturbarse.

Alfonso llegó el miércoles con la ilusión de volver a dar por el culo a su alumna preferida. Conociéndola, no quiso preguntarle demasiado.

  • Bueno, Alicia, hoy, ¿hoy podré repetir o…?

  • ¿Repetir qué?

  • Bueno… ya sabes.

Alicia no volvió a abrir la boca hasta llegar al picadero de costumbre. Empezó a desnudarse y con un gesto le indicó que hiciera lo mismo. Empezó a hacerle una mamada en el asiento trasero, mientras Alfonso se dejaba hacer. Alicia levantó la cabeza y sonrió con picardía, se giró y les mostró su culo, señalándose el ano.

  • Ya sabes lo que hay que hacer.

Alfonso se ilusionó de volver a taladrar ese blanco culo y empezó a lamerle el ano. Alicia sonreía satisfecha.

  • Eres un chupaculos jiji. - Dijo provocándole.

  • Pero luego te lo voy a romper.

  • Uy, que miedo. - Respondió burlona.

  • Hala, ya vale.

Alicia hizo el ademán de salir del vehículo y sorprendió a Alfonso. Mientras salía le dijo sonriendo picarona.

  • Túmbate, que hoy me toca a mí.

Alfonso, un poco confundido, se situó lateralmente en el borde del asiento con los pies fuera. Alicia, sin problema ni recato, se insertó la polla en el culo y empezó a subir y bajar con gesto lascivo. Cualquiera que hubiera pasado por ahí, la hubiera visto desnuda, con las tetas moviéndose al ritmo del sube baja mientras se insertaba una polla en el culo.

  • Te quejarás, tienes lo que querías.

  • Buf, sí, sí, sigue.

  • Pretendéis dominarlo todo, encular, follar, todo controlándolo y no es eso. Yo disfruto con tu polla en mi culo pero esta vez me la meto yo a mi gusto.

Un último grito ahogado, confirmó que Alfonso había eyaculado. Alicia sonrió, se puso las bragas y volvió al asiento trasero a limpiarle la polla. Ya de vuelta le dijo.

  • No me has roto el culo, te he follado yo.

Ya en su cuarto, volvió a desnudarse de nuevo. El sólo hecho de hacerlo le excitaba, mostrar su cuerpo tan apetecible, y ver la reacción de su amante. Le explicó brevemente su encuentro con Alfonso y acabó diciendo.

  • Así que hoy te voy a follar con el coño. Quiero el semen de dos hombres en mis dos agujeros.

  • Te faltaría un tercero para la boca.

  • Cerdo. - Respondió riéndose.

Lo tumbó de un empujón cariñoso sobre la cama y le mostró el estado de su culo mientras se reía. Empezó a chuparle la polla y cuando le pareció que estaba a punto, se la encasquetó en el coño. Disfrutando cada movimiento que realizaba. Sonrió de placer y satisfecha en el momento en que Luis se corrió en su coño. Se incorporó y se señaló con la cara con gesto lascivo el coño y después el culo. Follados por ella misma y llenos de semen.

Se desnudó ante Marta después de cerrar la puerta y le enseñó sus dos agujeros.

  • El semen de Luis está en mi coño. - Le indicó.

Mientras le comía el coño le iba contando su ajetreada tarde.

  • Estarás cansada, hija.

  • Bah, me podría follar un tercero, jiji. No me dice mi Luis que me falta eso, una corrida en la boca.

  • Pues hija, no le falta algo de razón.

Luis fue el sábado al centro comercial donde trabajaba Eva, ésta le vio desde la tienda y le sonrió. Salió sonriente y se saludaron con un abrazo y dos besos en la mejilla.

  • ¿Quieres tomar algo?

  • Bien, me vendrá bien después de trabajar.

Eligieron un sitio donde también cenaron. Estuvieron hablando Luis de la universidad y sus expectativas de futuro, y Eva de su trabajo en la tienda. Con el primer cubata, Luis ya se atrevió a preguntar.

  • No me he dado cuenta del sitio al que iremos, no lo hemos hablado.

  • Uy, es verdad. - Dijo riendo. - Ya lo había pensado pero qué tonta, no te lo había dicho.

  • Ah.

  • No te preocupes que iremos a casa. Mi madre sale todos los sábados y como pronto no viene hasta las 2. ¿Quieres que vayamos ya?

  • Sí.

Llegaron a casa y Eva sacó un par de cervezas. Se sentaron en el sofá y Luis siguió hablando.

  • Um, Eva, ¿sabes? Te considero una gran amiga, creo que nos entendemos bien, más allá de follar.

  • Oh, es verdad, pienso que eres un buen amigo. Te cuento cosas que saben pocos. Y si no fuera por Alicia, sería tu pareja. Ojalá encontrara alguien como tú.

Luis se puso un poco rojo.

  • Te lo agradezco mucho, eres muy buena chica. ¿Sabes qué me pasó con Andrea?

Eva le escuchó atenta y sonriendo.

  • Sí, sabía que ha encontrado pareja. Si yo encontrara una, te aseguro que nos seguiríamos viendo para follar. Y si no lo aceptara, fuera.

  • Jeje. Es buena chica Andrea. Tú eres muy guapa, buena chica, seguro que hay chicos majos interesados en ti. Vamos, no me quiero meter donde no me llaman.

  • Oh, no pasa nada. Por poder, podría follar con uno distinto cada día. Me costaría poco. Y se creen machotes cuando es gracias a mí, sólo me servirían para follar. Ya encontraré uno, no me preocupa. Cuando quiero follar, no tengo problema.

  • Mejor. Je, me recuerdas en eso a Alicia.

  • Bueno, ya vale de tanto hablar, ya hemos hablado suficiente y hemos venido a follar. Quiero ver ya tu bonita polla.

Luis se desnudó rápidamente, contento de que había llegado el momento que estaba buscando. Se quedó en calzoncillos e hizo notar su prominente paquete. Eva ya estaba en ropa interior, color fucsia, que a Luis le pareció muy sexi. Notó un escalofrío cuando Eva le plantó la mano encima. Con gesto de deseo le bajó el calzoncillo y contempló la polla de Luis, deleitándose de antemano por el disfrute que le iba a proporcionar. La acarició con suavidad en toda su longitud y le salió una sonrisa tonta.

  • Me encanta tu polla.

Dicho esto, se la engullió enteramente y la empezó a succionar como un helado. Luis disfrutaba de la espléndida mamada. Qué guapa y sexi le parecía Eva. Esta pasó a acariciarle, besarle suavemente y lamerle los testículos. A continuación le besó de la base del tronco al glande y volvió a metérsela en la boca. Le encanta sentir una bella polla y disfrutar de ella.

  • Menuda mamada me estás haciendo, buff.

Eva le sonrió por la alabanza y siguió su labor. Luis se sacó la polla y golpeó levemente en los pómulos de Eva, que rió de manera tontorrona. Ella misma se desprendió del sujetador, sentía erectos sus pezones y Luis las miró con deseo. La tumbó sobre la cama y la besó en los labios. Pasó a acariciar sus tetas, besarlas y lamerlas. Notó la dureza de sus pezones y el gesto de placer en el rostro de Eva. Luis fijó su atención más abajo y Eva le facilitó la labor levantado un poco la cadera y elevando luego las piernas. Luis aspiró las bragas, lo que hizo reír a Eva, y las dejó al pie de la cama. Pasó a lamer el coño de Eva de arriba a abajo y se centró en el clítoris, intentando poner el mismo entusiasmo que ella había puesto en la mamda.

  • Um, ay, ahh, pocos chicos saben comerse un coño como tú, aaah.

A Luis también le gustó la alabanza y le motivó aún más a comerse ese sabroso coño. Eva empezó a jadear y gemir más fuerte y Luis recogió los fluidos de su primer orgasmo de la noche. Los compartió con ella y le puso la polla en la boca, la abrió complaciente y con dos movimientos la consideró bien lubricada para penetrarle el coño. Eva sonrió lasciva esperando como la llenaba esa polla, abrió receptiva las piernas y volvió a exhalar un suspiro cuando la notó abriéndose paso lentamente hasta el fondo. Le estaba follando con suavidad, casi con amor.

  • Como me gustas Eva, en todo.

  • Umm, y tú, no pares.

Gozó unas cuantas embestidas más y le paró con delicadeza poniéndole la mano en el pecho.

  • Ahora me toca a mí.

Eva se colocó encima y con gran placer por su parte se introdujo la polla de Luis y reanudó la cabalgada pero con más ritmo.

  • Me gusta como me follabas, eres muy dulce, pero me va la marcha.

Luis estuvo disfrutando las embestidas y le paró de la misma manera. La dispuso de medio lado sobre la cama y empezó a lamerle del coño al ano.

  • Um, que detalles tienes…

  • Ahora viene mi marcha.

Luis apuntó al respingón culo de Eva y lo penetró hasta el fondo, mientras ella exhalaba un suspiro de placer acabado en un gritito de placer y lascivia. Luis siguió los deseos de Eva y le taladraba el culo con ritmo y fuerza. Mientras gemía a cada acometida.

  • Menudos polvazos echamos. - Dijo Eva entre gemidos.

Luis notó que se venía y le hundió la polla todo lo que pudo. Eva sonrió y sacó una risa tontorrona al sentir su culo lleno de semen. Le dejó por unos momentos la polla en el culo apurando hasta el final. La giró y dispuso boca arriba y se refrotó la polla con sus tetas, dejando un poco de semen. Eva rió al verlo y le hizo un gesto, por lo que Luis dejó que le limpiara la polla.

  • Haces como Alicia.

  • Tonto, ahora voy a tener que cambiar la sábana, me está saliendo tu corrida por el culo.

Luis se vistió mientras Eva se lavaba un poco en el baño. Todavía desnuda, se abrazaron como despedida y se dieron un prolongado beso.

  • Para lo que quieras. - Dijo Luis.

  • Lo sé.

Al día siguiente, Luis le contó con detalle a Alicia su encuentro sexual con Eva.

  • ¿Tienes alguna foto de ella?

  • Bueno, la del avatar…

  • Vale, déjame fisgar en su perfil. Um, es guapa y sexi.

  • Sí.

  • ¿Y Andrea la de las calabazas? Jiji

  • Mira. - Tras unos momentos.

  • Sí, es guapa y con una expresión muy dulce. Habrás disfrutado con las dos, de distinta manera…

  • Sí, te entiendo. Una es morbosa y la otra es tan dulce que te lo provoca.

  • Me encanta que le enseñaras, mira como te lo agradece, jiji, es broma, me alegra que lo aproveche. La otra ya estaba enseñada…

Alicia se contuvo de expresar que de buena gana ella también se las hubiera follado. Llegó a conocer a Eva y se hicieron buenas amigas con el tiempo. Lo mismo que pasó con Andrea.

A la semana siguiente, Alicia se encontraba en el asiento trasero cabalgando la polla de Alfonso. Éste a su vez, tenía la cabeza hundida entre sus tetas.

  • Te gustan mis tetas, ¿eh?

  • Me encantan.

Alicia siguió meneando sus caderas hasta que sintió el caliente semen de Alfonso en su interior. Ya de vuelta, Alfonso le habló.

  • Ultimamente no dejas que te folle.

Alicia se giró con gesto de contrariedad.

  • Te quejarás, ¿o es que lo hago mal? Porque bien que jadeabas.

  • No, no te enfades, no es eso… - Dijo conciliador.

  • A ti lo que te gusta es dominar siempre y no puede ser así. Si tu mujer se deja, yo no.

  • Por favor, no metas a mi mujer en esto.

  • Perdona.

Alicia volvió a desnudarse rápidamente en su cuarto.

  • Hoy, culo. - Dijo sonriendo.

  • Muy bien, lo que digas. - Respondió acabándose de desnudar.

  • Túmbate como el otro día. - Le indicó.

Luis obedeció sin rechistar y su polla apuntó al techo de la habitación. Alicia le miró insinuante y le dio unos chupetones a la polla para ponerla a punto y facilitar la entrada por su culo. Luis se sujetó la polla y retiró la mano cuando notó que su glande entraba por el orificio anal de Alicia. Toda su polla acabó engullida en el culo y Alicia empezó a cabalgar.

  • Estás mandona ultimamente.

  • ¿Tú también? Alfonso me ha dicho lo mismo. - Alicia paró y se giró mientras lo decía.

  • Es gracioso que me digas eso mientras tienes mi polla en tu culo jeje.

  • Cabroncete.

  • Si a mí me encanta que mandes tú. Sabes que te agradezco mucho todo lo que has hecho por mí.

  • Ya lo sé, tonto. - Dijo sonriéndole y reanudando la acción. - Pero a Alfonso sí que hay que pararle los pies.

Luis contemplaba extasiado el blanco y firme culo de Alicia moviéndose al ritmo de sus acometidas, viendo como hacía que su polla entrara y saliera. Finalmente se corrió y Alicia hizo por hundir la polla todo lo posible mientras notaba el caliente fluido subiendo.

  • Buf, otro día con semen de dos hombres, jiji. - Dijo descabalgándose sonriente.

  • Ya te gusta, ya.

Alicia le sacó burlona la lengua y le limpió la polla. Despidió en la puerta a Luis y camino al sofá se quitó la camiseta mostrando sus tetas.

  • Hija, te encanta ir desnuda.

  • Y lucir cuerpo.

  • Sí, pudiendo…

  • Deberías hacer lo mismo, jiji.

Marta sonrió y se abrió el kimono enseñando sus tetas. Alicia acabó de desnudarse y se puso de espaldas a Marta.

  • Culo. - Dijo sin más.