El Orfanato III

Roma: sabía que te irías algún día y aun así me enamore de ti

Viernes 2 de Diciembre del 2005

Julieta terminaba los estudios con 17 años ya había cursado todos los niveles de educacion y solo mantenia el contacto con Roma en las cuatro materias importantes ya que los profesores no eran suficientes para tener dos cursos separados, se encontraban en los pasillos cuando cada una iba a su taller de especialidad, Roma de Cientifico humanista y Julieta de Mecánica automotriz, ambas seguían manteniendo una relación que en hora de clases era a distancia pero en los recreos o después de las 6 se transformaba nuevamente en un amor juvenil y medianamente clandestino, los besos subían de tono cuando las hormonas de la adolescencia las obligaba a besarse con mas locura, los 15 minutos de receso entre una clase y otra se hacían cortos cuando en las bodegas ambas se escondian para besarse y tocarse pero jamás para concretar.

Ahora después de que Julieta había recibido su diploma se esperaba el gran baile de fin de año, llevaban 8 meses de una relación que les pertenece y las obligaba a pertenecer a la otra, por supuesto esa noche no sería el momento para ponerse recatadas y volver a fingir como los años anteriores, esta vez irían las dos y dejarían que los comentarios fluyeran a su alrededor pero jamás penetrando en su relación, todos hablaban de eso no había duda, pero ellas dos siempre se mantuvieron hermeticas a los mal hablados y por la noche ambas se refugiaban en la misma cama que ya compartian hace 10 años, sus compañeras de cuarto las apoyaban diciendo que solo eran amigas, pero para ellas su amor era tan real como cualquier otro, el problema no era la gente, lo que estos decían o el amor, el problema era el tiempo, el tiempo que ya se acababa y que las obligaría a separarse, era cosa de todas las noches antes de dormir Roma se cobijaba en el cuello de Julieta e intentaba no llorar al preguntar, Que pasará cuando te vayas?

Julieta:

Podría excusarme y decir que simplemente no me siento bien, pero para ella no bastaría conoce la tristeza de mis ojos y sabe que es por ella, por lo inevitable que se vuelve el alejarnos, tengo miedo, miedo a despertar por la noche y no ver su angelical rostro a mi lado mientras la luna lo ilumina y le regala aquella magia que hoy en día me embruja por completo, me aterran sus preguntas y en una noche como hoy quiciera simplemente amarrarme a su cuerpo y no volver a despertar si eso me hace quedarme a su lado toda la vida, pero es imposible, los días siguen corriendo y los segundos acabandose, ella me mira, me mira en este momento y me inunda de su ternura al acariciar mi rostro, mantengo la mirada los siguientes 16 segundos para luego refugiarme en sus labios y adueñarme una vez mas de su lengua, ella me separa de sus deliciosos labios para dejarme ver caer por su mejilla una inocente lagrima...

Roma: que haré sin ti? - pregunto con sus manos en mi pecho -

Julieta: - me acomode para mirar el techo y gira mi cabeza para mirarla - vendré por ti

Roma: y si encuentras a alguien? y si te enamoras? y si me olvidas? - preguntaba con tristeza, con regaño -

Julieta: eso no pasará - dije de inmediato -

Roma: como lo sabes?, te enamoraste de mi dentro de esta carcel, que te hace pensar que me sigas amando cuando seas libre?

Julieta: que jamás me he sentido una pricionera, jamás me he sentido encarcelada, por que al besarte he ido a lugares que no podré visitar en lo que tu llamas la libertad

Roma: vendrás por mi?

Julieta: vendré por ti - le repetía mientras acariciaba sus pomulos rojizos -

Roma: te amo mi Julieta

Julieta: y yo a ti Roma, como no te imaginas.

Roma:

tendría que sentirme aliviada? o menos preocupada?... o por lo menos con ganas de cerrar los ojos y dormir?, no lo creo, no pretendo imaginar como cruzare el puente cuando aun no se como es, no pretendo mentirme a mi misma y decir que estaré bien, por que aun teniendote aquí, respirandome en la nuca y con tu brazo izquierdo apegandome a ti no puedo controlar estas lagrimas que me hacen mas tuya que nunca, cuanto tiempo desperdiciado, cuantos besos no dados, cuantos te amo callados, eso es lo que me pesa, por que yo fui la culpable, la única que mintió mientras que Julieta siempre dispuesta a hacerme feliz me dejo tomar la decisión que menos me convenía pero que yo creía sería la mejor, guardar todos estos sentimientos hasta la hora de dormir donde siempre fui suya, me dormi en un llanto desolador que me obligo a soñar una vez mas con la despedida.

Sábado 24 de Diciembre del 2005

Era la última navidad, una de las ultimas veces que se escaparían de una fiesta que no les pertenecía para correr por el bosque en un busca de su lugar, no existía regalo mas importante que simplemente bailar en medio del bosque de Álamos que las hacía sentir especiales, eran las doce de la noche cuando ambas se besaban para comenzar a descubrirse como nunca antes.

Roma fue la primera que se lanzó a esta aventura moldeando con sus manos el trasero de Julieta que se estremecía en sus brazos, abrió los ojos asustada pero vio a Roma que buscaba sus labios deseosa de lo que pasaría y simplemente se dejo querer, otra vez Julieta la acorralaba entre un árbol y su cuerpo, el vestido de noche de Julieta estaba por el suelo mientras que esta giraba a su acompañante para hacer lo mismo, bajo la cremallera lentamente mientras que los suspiros de Roma hacía salir de su boca aquel vapor que evidenciaba el frío de aquella noche, otro vestido en el suelo, otro cuerpo desnudo, quiso girarse pero Julieta se lo impidió con sus manos frias acaricio el abdomen y la espalda de Roma que mordia sus labios con cada nueva sensación, tomo ambos pechos mientras lamía su cuello y pegaba sus senos a la espalda de Roma a la que le flaqueaban las piernas y se veía en la obligación de sostenerse contra el cuerpo de su amada, las manos de Julieta bajaron en busca de nuevo lugares encontrando bajo su ombligo aquella fuente empapada de la sustancia que el subconsciente de Julieta había deseado siempre, Roma dirgia sus brazos hacía los muslos de Julieta para apegarla a su cuerpo que comenzaba a tiritar pero no por el frío, los suspiros se volvieron quejidos y los quejidos pronto fueron gemidos que las llevo a la locura inmediata cuando Roma se giro y toco sin pudor a Julieta que deseosa se dejaba caer sobre los vestidos, ahora era Roma la que sobre ella la hacía suya, sus piernas se entrelazaban sus manos se enredaban, sus labios se comian y sus corazones se fusionaban en aquella noche donde solo se pudieron decir al terminar ambas exahustas... Feliz Navidad.

Esa noche ambas se escabulleron por la cocina y corrieron hasta su habitación, si bien tenían los vestidos puestos sus cabellos evidenciaban el ajetreo de la noche, al cerrar la puerta basto que Roma mordiera sus labios para que Julieta se viera en la obligación de besarla, se tumbaron sobre la cama y ambas rieron para que Roma terminara suspirando sobre ella y recostandose sobre su pecho, Julieta saco su vestido y la acosto a su lado mientras que ella hacía lo propio y ambas se durmieron desnudas.

Al día siguiente y como ya hacía 10 años se levantaron primero que todo el Orfanato para irse a duchar en la comodidad de la soledad, esta vez no ocuparon dos duchas, solo una fue suficiente para albergarlas a las dos, se deleitaron mirando a la otra pero nada mas, se vieron en la obligación de contenerse aunque a momentos el miedo de ser descubiertas era mínimo a los deseos que afloraban por cada poro de las amantes.

Miercoles 1 de Febrero del 2006

Roma:

La cuenta regresiva estaba por llegar a su fin, el día 5 de Febrero Julieta cumpliría la mayoria de edad y tendría que partir, estabamos asustadas, solo 4 días y como siempre después de clases nos íbamos al patio a conversar

Roma: que harás cuando salgas?

Julieta: trabajaré en un taller mecánico y juntare dinero para cuando salgas

Roma: quiero ir a la universidad

Julieta: e irás, yo te la pagare

Roma: no querida, no puedo permitirte eso

Julieta: por que no? no rendirás, si estudias y trabajas, además... se que podrás ser la mejor en lo que quieras

Solo le pude sonreír, que mas podía decir?, como iba a poner en duda aquel futuro que ella soñaba con tanto anhelo, mientras que yo me imaginaba con grandes metas, en grandes lugares, con gente importante, y no reniego de lo que ella me da, pero después de conocer la perfección en la que vivi de pequeña, me cuesta mucho imaginarme siendo la mujer de una mecánica automotriz, lo lamento por mi que tendré que guardarme esto.

Julieta

:

Ella solo veía que mis labios se movían pero estoy segura que no escucho ninguna palabra de lo que dije, si supiera como hacer una fortuna con lo que se hacer, lo haría, lo haría mil veces sin dudarlo, por que vi su decepción, su inseguridad, una princesa no puede estar con un simple herrero, y ella no puede estar con una simple mecánica automotriz, lo lamento, pero mi cuna de oro en la que siempre soñé que vivir, me abandono y no puedo ofrecerte mas de lo que tengo, hoy en día, mas que nunca desearia ser cualquier persona menos yo, si eso al menos te hace sonreír al escuchame hablar.

Sábado 4 de Febrero de 2006

Sería la última noche en que Roma y Julieta compartirían la misma casa, habitación, cama y besos por mucho tiempo, aquel día Roma se rehuso a levantarse temprano, como de costumbre la noche anterior había llorado hasta que la luna se escondió, solo cuando los rayos del sol llenaban su rostro de aquel calor que en este momento era mas frío que nunca logro dormir, Julieta por otro lado mantuvo la compostura y logro salir de la habitación y en el salón tomo desayuno con los demás, los cuales se acercaban a ella para despedirse, ya que por desición propia a la mañana siguiente se iría antes de que se despertaran todos, para ahorrarle así la despedida a Roma, que aun a las 2 pm, seguía en la habitación sin dar señales de vida, preocupada Julieta fue a ver que sucedia, al entrar se encontro a Roma haciéndole la maleta, y en cuanto cerró la puerta sus palabras entre sollosos.

Roma: tu tenías mi vestido - dijo con el vestido que había usado en la fiesta de año de hace 7 años -

Julieta: fue con el que te besé la primera vez - le decía mientras se acercaba y tomaba su cintura desde atrás para arrebatarle el vestido - que haces mi amor? por te haces daño así

Roma: sabía que te irías algún día y aun así me enamore de ti - dijo aun sin girarse -

Julieta: ambas lo hicimos - le dijo obligándola a girarse - vendré a buscarte el día de tu cumpleaños

Roma: quedán dos meses para eso - dijo escondiendo sus lagrimas -

Julieta: pero estaré aquí, te escribire siempre, no te sentirás sola - dijo en su intento de consuelo -

Roma: entonces como me explicas que aun aquí contigo, me siento completamente vacía - le decía para luego aferrarse a ella en un abrazo que duró solo unos segundos -

Julieta: yo haré mi maleta, tu ve a comer algo, si?

Roma: - acaricio su rostro para luego perderse de su vista al otro lado de la puerta donde continuó llorando -

Llego la noche y con ella la desesperación de ambas, eran las 2 am cuando ambas corrieron a su escondite a resolver sus problemas, sin palabras solo besos, sin regaños solo caricias, sin promesas solo amor, ahí nuevamente en medio del bosque hicieron el amor, llevaron algunas mantas para esperar el cruel amanecer que venía contagiado con la nostalgia de los momentos vividos, pero ahí se quedaron en silencio viendo como la oscuridad se transformaba en luz tal y como el primer beso se transformo en el último, volvieron al orfanato a las 5:45 am, eran las 6 am cuando Julieta después de cobijar a Roma en su cama intento fugarse de su mirada de tristeza que la alcanzo en el momento en que giro la manilla de la puerta y la atrapo con las palabras que no se esperaba.

Roma: no te vayas sin darme un beso - le dijo aun en la posición en que ella la había dejado -

Julieta: - se acerco al borde de la cama - me aterra el besarte y después no tener la fuerza para irme

Roma: - la miro unos 3 segundos para luego arrodillarse sobre la cama y tomar su rostro - tienes miedo de dejarme y yo tengo miedo a lo que hay allá afuera esperandote

Julieta: no creo que haya algo mas cruel en el mundo que esta despedida - dijo bajándo la mirada -

Roma: no es una despedida - dijo retomando el curso de sus ojos hacía los suyos - es un hasta pronto

Julieta solo asintió y Roma se acerco para besarla, soltó ambas maletas y ambas se besaron como si fuese la última vez, como si la vida se terminara cuando sus lenguas dejaran de rozarse como lo hacían, Julieta se separo y miró solo un segundo sus ojos, lo suficiente como para dejar su corazón en ellos, y se fue, sin mirar atrás por cobardía sin titubear por que si lo hacía no sería capaz de irse, salió del orfanato, de su hogar, de su vida, en busca de la suya propia, desde la ventana ella no se dio cuenta pero Roma la miraba, sus lagrimas en el cristal dibujaban en el vapor de sus sollozos, estaba sola, sola como siempre se había sentido hasta que llegó su amada, hoy era un nuevo día, una nueva vida y un nuevo problema con el que ninguna de las dos contaba, pero que una deseaba en silencio.

# Se que un perdón no es suficiente, por lo que les pido mil de ellos... gracias por todos los emails, espero no hayan perdido el interes, un abrazo gigante y por supuesto mil besos, Veersus <3

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