El Orfanato IV

#R - me convierto en una solitaria, aunque ni tanto cuando su recuerdo es mi eterna compañía. -

Domingo 5 de Febrero de 2006

Julieta:

Camine hasta que comencé a ver como el comercio abría, entre en el primer taller mecánico que encontré donde estaba Luís, lo vi en un parche que estaba cosido en su overol negro

Julieta: buenos días señor

Luis: - me miro de pies a cabeza mientras que limpiaba sus manos con un pedazo de tela ya negro - te daría la mano pero la señorita se ensuciaría

Julieta: no se preocupe - le dije estirándo la mano -

Luis: - levanto la ceja izquierda y omitio el saludo para preguntar - no podremos recibir su auto, estamos llenisimos

Julieta: - baje la mano un tanto descolocada por su actitud - vengo a buscar trabajo

Luis: trabajo? - pregunto riendo - chicos, vengan, la princesa busca trabajo - dijo entre las risotadas de sus colegas -

Julieta: bueno si no hay trabajo me voy

Luis: vete, es la mejor desición - Julieta se giro y con el trapo con el que se limpiaba las manos lo enrrollo y golpeo el trasero de la chica - para que no me olvides - dijo riéndo su gracia junto a sus amigos -

Julieta: - solte las maletas y me gire para abofetearlo con una fuerza descomunal que lo hizo agacharse - para que tu no me olvides

De abajo de un auto salió un hombre mayor aplaudiendo y riendo, su risa hacía eco en el taller en que todo se silencio en cuanto la mano de Julieta toco la mejilla derecha del tipo. El hombre la miraba con una sonrisa de oreja a oreja mientras se acercaba con su overol azul que al costado izquierdo decia con plumón Raúl

Raúl: pensé que no te molestaba el aceite - dijo con la mano estirada -

Julieta: - tome y aprete su mano con fuerza - no lo hace

Raúl: sabes de autos o solo sabes boxear? - pregunto aun con su mano apretando la de ella -

Julieta: se de autos señor - agache la cabeza avergonzada -

Raúl: solo hay un señor - soltó mi mano - no es que crea en él, pero yo tampoco parezco uno - dijo causando las risas de los que antes se habían callado atónitos - el sabe que eres buena boxeando- dijo levantándome el mentón - tendrás que demostrarme que eres buena con los autos

Julieta: entonces estoy... ? - quise preguntar, pero me interrumpió -

Raúl: a prueba?, si, contratada?, veremos si vales la pena - dijo caminando hacía el auto en el que trabajaba - que tiene malo este auto?

Julieta: que?

Raúl: dijiste que sabias de autos

Julieta: lo recuerdo, lo que no recuerdo es haber dicho que soy adivina - escuche risas abajo de los autos que teniamos en frente -

Raúl: y que necesitas? entrar en el? - me empujo suavemente - pues ve

Julieta: la alineación - dije sin titubear y baje del auto - y la suspención - recorde al darle la espalda al auto - y supongo que tenemos que cambiar el aceite y las llantas

Raúl: todo eso solo con sentarte en el?

Julieta: su kilometraje dice 5000, se balanceo de un lado a otro cuando me senté y cuando me baje, el manubrio no esta centrado, y sus llantas estan gastadas, supongo que si no le cambia el aceite, mucho menos querrá cambiar los neumaticos el mismo

Raúl: - rió nuevamente - tu te encargarás de este auto, a mi me duele la espalda - dijo y se fue a lo que parecía ser su oficina -

Trabaje toda la tarde, me salte la hora de almuerzo solo por que no tenía que comer, ni donde quedarme, por lo que cuando llego las 6 pm, y todos se comenzarón a ir, yo no sabia que hacer

Raúl: y tu no te irás a casa? - dijo abriéndo una botella de vino -

Julieta: no tengo donde ir, no tengo casa

Raúl: y tus padres? eres joven

Julieta: - solo levante los hombros con mi maleta en la mano derecha -

Raúl: así que eres huérfana - dijo acomodando una silla para mi -

Julieta: los huérfanos son aquellos niños que sus padres han muerto, a mi me tirarón. - dije tomando con mi mano el vaso de vino que me ofrecía -

Raúl: y eso te hace creer que eres menos que yo que soy huérfano? - tomo la mitad del vaso en un sorbo - o que yo soy mas afortunado?

Julieta: lo siento, no quería...

Raúl: - me interrumpió - tenía 12 años cuando mi padre mato a mi madre y luego se suicido - lleno otra vez su copa y no pude siquiera pestañar hasta que volvió a hablar - por suerte estaba en el colegio cuando todo paso, aunque yo los encontré - vació y volvió a llenar su vaso - alguna vez quise estar en tu lugar y preferí haber sido tirado a encontrar muerto a mis padres

Julieta: lo lamento mucho, el no tenía derecho a quitarte a tu madre - dije enojada y apenada por una situación que no viví -

Raúl: y ellos no tenían derecho a dejarte sola - levanto la botella de vino - mas?

Julieta: la verdad es que no tomo alcohol - dije mostrándole el vaso de vino tinto que cargaba aun entero en mi mano -

Raúl: aquí hace frío por las noches, el vino ayuda un montón

Julieta: puedo quedarme esta noche aquí?

Raúl: todos los días que necesites

Julieta: no tengo dinero para pagarle lo que esta haciendo por mi

Raúl: calla niña, que no es un hotel 5 estrellas - ambos reímos -

Julieta: pero es mucho mejor que dormir en la calle, pero no solo me das un techo sino que también un trabajo, muchas gracias

Raúl: me lo pagarás con tu trabajo muchacha, y cuéntame, no tienes a nadie?

Julieta: claro que si hay alguien - sonreí nerviosa -

Raúl: me parece muy bien - alzo su copa - por el amor entonces

Julieta: salud - dije y por primera vez en la noche y en mi vida bebí -

Eran las 9 pm cuando acomodo una colchoneta en el taller y unas mantas

Julieta: muchas gracias - le dije acomodando yo misma las frazadas -

Raúl: yo tengo que darte las gracias a ti por hacer mi cama, creo que aun puedo hacerlo solo - me sonrió - tu cama esta dentro de mi oficina

Julieta: - asentí - perdón

Raúl: ve a dormir, mañana te quiero levantada 9 am

Tomé mi maleta y me fui a cobijar bajo dos frazadas en un colchón dentro de aquella oficina que olía a aceite y me hacía sentir en casa, tome la almohada y quise darle forma aunque sea para mirar la pared y poder ver su silueta, pero no lo logré y solo pude levantarme para buscar un papel y un lápiz y escribir una carta que jamás terminé, por que no sabia que decir, por lo menos tenía mis recuerdos, tenía aun sus besos, y su aroma, aun tenía su amor entre mis manos y eso me obligaba a seguir viva, me recosté nuevamente en el colchón deje a un lado mi maleta, el papel y el lápiz y solamente tuve que imaginarla a mi lado para conciliar el sueño como si la tuviese en mis brazos.

Al despertar me encontre con aquel olor a madrugada que me obligaba a estornudar por lo menos tres veces antes de despertarme por completo, me levante apresurada, aunque al estar lista y en pie logré ver el reloj de la pared en el que aun se dibujaba las 8:20 am, suspire mas aliviada y al salir vi a la mayor parte de los mecánicos, cuando Raúl me vió me hizo enseguida un lugar, era una zona de hombres y todos se sentían mínimamente curiosos por mi presencía ahí, enseguida al sentarme uno de ellos me entrego un tazón y un trozo de pan el que devore de inmediato y sin mucha etiqueta, todos rieron, mire a Luis el que aun me miraba con desconfianza, luego a los demás que al parecer ya me iban a empezar a preguntar y pude sentirme tranquila, en ese momento sentía que nada malo pasaría, pobre inocencia o estupida ignorancia.

Sábado 4 de Marzo de 2006

Roma:

ya ha pasado un mes he recibido cartas de ella, me cuenta de su trabajo, de sus nuevos amigos, me alegro de no leer ningun nombre de mujer, aunque también creo que me lo ocultaría para no hacerme sentir insegura, por el momento se lo agradezo, cada día me duele menos el dormir sin ella, pero sigue siendo duro despertar y no verla, haberme acostumbrado a tenerla las 24 horas al día y que ya no este, me concentro en lo poco que me queda y me convierto en una solitaria, aunque ni tanto cuando su recuerdo es mi eterna compañía, estoy en el patio sentada mirando como los mas pequeños juegan cuando una de las profesoras me va a buscar, la madre superiora me demanda en su despacho, hace ya unos 5 años ella se hacía cargo de la dirección del orfanato

Madre Superiora: Buenos días hija, quiero presentarle al señor Carlos Convit y su esposa Ana Maria

Roma: buenos días madre - dije mirándola - buenos días, es un placer - dije mirándolos a ellos -

MS: hija, ellos son dos reconocidos medicos, a los cuales les hable de ti y de tu gran coeficiente

Roma: me siento halagada madre

MS: mi niña, les he dicho la gran capacidad que tienes, lo educada que eres y lo mucho que te esfuerzas por ser la mejor

Carlos: por lo que hemos decidido adoptarte, si es que tu lo deseas

Siento el latir de mi corazón en los oídos, mis manos sudan y creo que mi cara de atónita ya no pasa desapercibida, ambos son medicos, el que me adopten en este momento solo significa que quieren darme estudios, los mejores, que quieren darme un futuro, una oportunidad, como rechazar semejante propuesta, pero pienso en Julieta, en su esfuerzo, en nuestro amor y pongo en la balanza mis sentimientos o la razón, puedo subir a la cima y subirla ahí conmigo así ya no tendría que trabajar en un simple taller mecánico, solo ser mi mujer, podría darle estudios y que otros trabajen por ella, tengo que aceptar o vivir en la mediocridad por siempre

Roma: no se que decir

Ana Maria: madre puede dejarla salir para que pueda tomar un café con ella?

MS: claro que si, hija tienes algún problema con eso?

Roma: no para nada, estaría encantada

Carlos: las paso a dejar a algún lugar? sabes que tengo que ir a trabajar ahora

Ana Maria: lo había olvidado, no, el chofer vendrá por nosotras, ve al trabajo

los vi despedirse, tan elegantes parecían los dos que era como ver a mis padres, nos despedimos de la MS y cuando salimos ahí estaba su chofer, el cual nos llevo a una cafetería en el centro de la ciudad

Ana Maria: me trae un bombón (café con leche condensada) y tu que vas a querer?

Roma: blanco y negro, por favor (un granizado de café con leche merengada o con helado)

Garzón: enseguida

El garzón se retiro en el mismo segundo que Ana Maria clavó su mirada en la pequeña niña de cabellos dorados, sonrió al recordarse de joven con la misma frescura e inocencia y no pudo evitar preguntar

Ana Maria: que te gustaria estudiar?

Roma: medicina, siempre he sido buena en biología y eso fomentaria también aquel toque humanitario que quiero en mi vida

Ana Maria: esa fue una muy buena respuesta - dijo mientras que el garzón se acercaba a la mesa que ambas compartían -

Roma: por que me quieren adoptar? - dijo en voz baja mientras el garzón dejaba en su lugar ambos vasos de café - gracias - dijo mirándolo con gratitud -

Ana Maria: - solo se limito a sonreirle al joven - por que quiero que tengas un futuro, uno que de verdad merezcas, o acaso tenías un plan? - pregunto con la mano en el pecho por si le había faltado el respeto -

Roma: - dudo, un segundo, pero lo dudo he hizo cambiar por completo las siguientes líneas del destino - no, no tenía nada preparado

Ana Maria: - coloco su mano sobre la de ella y le sonrió en forma calida y comprensiva - solo queremos darte una oportunidad

Roma: cuanto les tomaría sacarme de ahí?

Ana Maria: - sonrió - con nuestras influencias este sería tu último fin de semana ahí

Roma sonrió complacida, aliviada y feliz, tenía una oportunidad, una que pensaba era también una para Julieta, que futuro tendrían ellas dos juntas?

Martes 7 de Marzo de 2006

Julieta:

Como recíen estoy empezando Don Raúl me tiene a cargo de los cambios de aceite, hago como mínimo 3 cambios de aceite al día, lo que me parece increíble, la paga no es mucha pero él aun me deja quedarme aquí y yo lo prefiero así para poder tener mas dinero cuando Roma salga y poder arrendar un cuarto en alguna pensión, Luis aun me mira de reojo pero a veces veo una pequeña mueca parecida a una sonrisa cuando hago una broma, supongo que estamos avanzando, no he recibido ninguna carta de Roma, aunque le he dado la dirección, quizás este ocupada o no le han dado mis cartas, eso pienso otra vez mientras cambio el aceite de un Chevrolet Impala de 1964, recuerdo haber tenido un poster de este vehículo escondido cuando era niña, hasta que Roma lo encontro y pensó que lo guardaba por la mujer que estaba en la otra cara, así que término quemado en un día de Abril, pero ahora estoy cambiándole el aceite y pienso que es un regalo del destino, un pequeño consuelo que me obliga a recordarla aun cuando este segundo vaso de vino que llevo me marean un poco.

Luis: el alcohol no afecta tu trabajo? - pregunta -

Julieta: para nada, y tu? en que estas?

Luis: - suspiro - en nada, ya termine con el auto que irá a la revisión técnica - se acerco - lamento lo que paso el día que llegaste

Julieta: - sonreí por dentro - yo también lamento la bofetada

Luis: por que? si fue buenísima - ambos reímos -

Julieta: por que lo hiciste? - pregunte -

Luis: - tomo mi vaso de vino y bebió de él - mi hija tiene tu edad, no quisiera que este en un lugar como este

Julieta: aun no entiendo el motivo

Luis: preferí hacertelo yo, que no tengo ninguna intención contigo, a que te lo hiciera uno de estos imbeciles y no sepas defenderte

Julieta: me estabas poniendo a prueba?

Luis: - sonrió y toco su rostro - y aprobaste

Julieta: algún día podremos ser amigos? - pregunte inocente -

Luis: pensé que ya lo eramos pequeña - dijo mientras avanzaba para tocar mi hombro y dirigirse al otro lado del taller -

Son las 6 pm, el taller cerró, todos se fueron a casa y en una extraña sensación me encuentro sola, Don Raúl salió con uno de los mecánicos y no ha vuelto, comencé a recorrer todo el taller, di un salto al verlo en la puerta mirandome, traía cerveza, no falto que me llamara, yo ya estaba ahí cuando el abrió la primera botella, las tardes eran iguales y tenía razón, el frío era menos notorio con un poco de alcohol en la sangre, nadie me dice que no y yo no me pondre trabas cuando es lo unico que me hace dormir en el momento exacto cuando los sueños me obligan a sentirme cerca tuyo otra vez y al despertarme darme cuenta que no es mas que una cruel mentira.

Miércoles 8 de Marzo de 2006

Nos fuimos acostar a las 2 de la mañana, estaba lo suficiente ebria como para ni siquiera sacarme los zapatos para dormir, dormi solo 5 horas, a las 7 am, ya estaba en pie nuevamente, salí de la oficina con un dolor de cabeza insoportable y al darme la luz del sol en los ojos quise volver a refugiarme pero vi a Luis con un cigarrillo mirándome mientras el agua terminaba de hervir en aquel brasero, reía de mi cara y yo me acerque a él por un poco de piedad y lo único que encontre fue un cigarro

Luis: fumas? - dijo estirándo el paquete de cigarrillos -

Julieta: no se fumar - dije dandole la espalda al sol para poder mirarlo -

Luis: es mas fácil beber, eso no lo niego - rió -

Julieta: por lo menos estoy mejor que él - dije apuntando a Don Raúl que aun dormía en su colchón -

Luis: - rió - lo he visto peor - dijo sirviéndole agua caliente al tazón de café que luego me daría -

Julieta: gracias, me hace mucha falta - agradecí para luego soplar el contenido que hervía -

Luis: quiero que vengas conmigo a casa

Julieta: - lo miré sorprendida - tu esposa puede enfadarse

Luis: si mi esposa estubiese viva, querría que lo hiciera

Julieta: lo siento no lo sabia - me disculpe -

Luis: no te disculpes - bebió otro sorbo - no lo sabias, además estará mi hija, le gustará conocerte

Julieta: no tendría como pagar aquel gesto

Luis: no quiero tu dinero, solo quiero ayudarte - bebió el último sorbo del tazón - algún día me devolverás el favor

Julieta: no creo que un simple favor te pueda pagar lo que haces por mi

Luis: eso significa que aceptas?

Julieta: - le sonreí y no hizo falta mas nada -

Luis: yo hablare con el viejo para que lo entienda, además, no quiero que te vuelvas alcoholica por su culpa

Le sonreí una vez mas, Don Raúl se había despertado y le lleve un tazón de café, dicen que caminando solo vas mas rápido pero no dudo ni un segundo, que caminando acompañado se llega mas lejos, y la compañía en este momento me inundaba de gente gentil dispuesta a tenderme la mano aun sin tener como pagar aquellas buenas actitudes, el día de trabajo fue igual a los anteriores, quizás hoy duele mas el no tenerte, pero las horas corren de igual manera, quizás quisiera sujetar tu mano en este momento aunque siempre odiaste el olor a aceite y gasolina del que ahora estoy impregnada, pero se que te sentirías orgullosa de mi, de esto... te extraño, ahora que estoy sentada en este cemento frío, extraño tu mirada sobre mi, tus besos que caían como una lluvía torrencial en mis labios, tus delicadas manos, tu suave piel, te extraño pero pronto estaremos juntas, nuevamente juntas...

Viernes 10 de Marzo de 2006

Roma:

Su promesa fue cierta, arreglo mis últimas cosas para irme a la casa de los Convit, la Sra. Ana Maria viene por mi y me espera en el auto mientras me despido de la MS y mis compañeros, la nostalgia se apodera unos segundos de mi cuando paso cerca del camino que nos llevaba a ambas al bosque, pero omito mis sentimientos al pensar en mi nueva vida, mi nueva familia y en los sueños que podré hacer realidad, su chofer abré la puerta y ella cuelga el teléfono en cuanto me siento a su lado.

Ana Maria: como estas?

Roma: muy bien, gracias, no quería interrumpir la llamada - me disculpé -

Ana Maria: son solo cosas de trabajo no te preocupes, tengo algo para ti - de su costado saca algunas bolsas de compras - si algo te queda mal lo cambiamos

Roma: - abrí la bolsa para ver un uniforme de colegio -

Ana Maria: irás al mejor colegio de la ciudad este último año, si necesitas ayuda con alguna materia tendrás profesores particulares, si?

Roma: - solo pude asentir -

Ana Maria: se que eres muy grande como para acostumbrarte a decirme mamá o para que te sientas como mi hija, pero es lo que mas quiero - volvió a tomar mi mano - quiero que te sientas no solo parte de la familia, sino que mi hija

Estaba complacida con sus palabras, maravillada con su actitud y completamente hechizada por su forma de vestirse, hablarme o moverse, pero aun el sueño no terminaba, cuando entramos por aquel gigantesco portón y pasamos por un jardín perfectamente cuidado para llegar a esa enorme mansión quedé totalmente boquiabierta, no podía creer lo que veía y ella salió del auto complacida con mi expreción.

Ana Maria: que te parece?

Roma: perfecto, no puedo encontrar una palabra que describa mejor su casa

Ana Maria: nuestra casa Roma, nuestra casa - tomo mi mano - Hugo, lleva las maletas de la señorita a su habitación junto con las bolsas de compra - me miro - tienes hambre? - asentí - Margarita, por favor sirve la comida, almorzaremos las dos - me tomo con fuerza para darme confianza y entramos juntas - ella es Luna, si necesitas algo, a cualquier hora ella lo traera por ti, verdad? - miro a la chica que asintió y mantuvo la mirada baja aun cuando estire mi mano para saludarla y ella correspondió el gesto - Margarita es la cocinera, y ellas tres se encargan del aseo, Reyna, Johana y Eva y por último Hugo que es el chofer - dijo al verlo bajar las escaleras - el te llevara al colegio por las mañanas, te traera de vuelta por las tardes y a cualquier parte que desees.

De entrada nos sirvierón Endibias rellenas de atún y queso, no podía estar mas encantada, estaba en un castillo, almorzando con la reina y porfin me sentía una princesa otra vez, su teléfono sonó solo dos veces, luego lo apago, estaban sirviendo el plato de fondo Filetes de pavo en salsa de frutos rojos cuando a la cocina entro el Sr. Carlos, tomo asiento en la cabecera de la mesa y nosotras nos sonreíamos a sus costados.

Carlos: como estuvo el viaje para llegar a casa? - le tomó la mano a ella - te gusto la casa? - se giro de inmediato y tomó también la mía -

Roma: me encanto, gracias por todo - agradecí otra vez -

Carlos: hey! - me calló - ahora eres una Convit, entendido? eres mi hija y te tratare como tal

Solo pude sonreír, no podía dejar de hacerlo, en cuanto terminamos de almorzar ambos se disculparon y fueron a trabajar, yo me quede con Luna que me acompaño a mi habitación, no se cual de las dos estaba mas nerviosa o timida, pero ninguna se atrevía a mirarse, abrí mi maleta y mientras ella sacaba y ordenaba mi ropa en el armario encontré las cartas recientes de Julieta, jamás tuve el valor de escribirle diciendo que me iría, no le dije, fuí cobarde y me callé, como siempre me callé, me sentí culpable y solo pude esconder las cartas en uno de los cajones del escritorio que estaba en mi habitación, me senté en la cama y me pareció gigante, si antes una cama de plaza y media me parecía grande esta era un infinito que no se llenaría con nadie jamás, mi desición estaba tomada, yo iría al mejor colegio de la ciudad, a la mejor universidad del país y sería la mejor medico del mundo, aunque eso me costara unos años sin ella, valía la pena si después yo podía traerla conmigo.

Me fui a duchar cuando sentí la puerta de mi dormitorio abrirse, salí de inmediato y vi a Luna que llevaba en su mano un peine y en la otra un secador de pelo, por vez primera me sonreía y sus ojos me invitaban a sentarme frente al tocador, hice caso y aun con solo la toalla cubriendo mi cuerpo me deje secar y peinar el cabello, veía al espejo y por momentos veía a Julieta en mi posición y a mi en la posición de Luna, nos veía a ambas y la nostalgia eran gotas de agua helada que corría por mi espalda desnuda desde mi cabello hasta el borde de la toalla, me seco el pelo y lo cepillo hasta que estuvo totalmente liso, me puse de pie, mi piel ya estaba seca, ella busco un pijama en el armario y lo saco para luego ayudarme a ponermelo y no es que necesitara ayuda, pero ella parecía estar dispuesta a realizar cualquier tarea por mi, abrió la cama y me recoste dentro de ella para que luego me tapara y sonriera como si fuese totalmente necesario hacerlo todo por mi, se alejo de la cama y me miro.

Luna: necesita algo mas señorita?

Roma: no, muchas gracias

Luna: si necesita algo hagamelo saber

Roma: lo haré, gracias

Se fue y la soledad abrumadora me cobijaba en su manto frío, me giré para que su recuerdo me abrazara y cerré los ojos para que el viento me besara en su lugar, suspire solo para atraer su aroma de nuevo a mi lado y me quede dormida por que en mi sueños es en el único lugar donde mis pensamientos no son simples locuras.

Domingo 12 de Marzo de 2006

Julieta:

Es mi primera noche en la casa de Luis, su hija trabaja de día y estudia por la noche, así también será la primera vez que la vería, Luis compro un par de cervezas solo para compartir, ambos estabamos agotados cuando cerca de las 12 pm tocan la puerta, cuando abrió, supuse enseguida que ella era su hija, de algún modo esa joven se parecía a él

Luis: Julieta ella es mi hija Romina, Romina ella es Julieta - dijo presentándonos -

Romina: un placer

Julieta: el placer en mío

Romina: mi padre no deja de hablar de ti - dijo acercándose a la mesa -

Julieta: eso será acá, por que en el trabajo no deja de mencionarte - le respondí mientras se abría una lata de cerveza -

Romina: lo sabia - dijo después de un sorbo - es como todos los hombres, no saben hablar de otra cosa que no sean mujeres - reí - le has mostrado nuestra habitación?

Luis: no - dijo sin prestarle mucha atención ya que miraba un partido de futbol - quería que tu lo hicieras

Romina: bueno - se acerco a mi oído - saca dos cervezas mas y vamos a la habitación apuesto que no se dará ni cuenta - rió -

Avanzo hacía la habitación y le hice caso, tome dos latas de cerveza la seguí, tenía razón, el no se había dado cuenta y ambas reíamos en la habitación.

Romina: - se sentó en su cama - papá me dijo que lo habías golpeado

Julieta: si, el día que fui a pedir trabajo, fue algo... rudo conmigo - le dije -

Romina: él es así, si te contara - dijo divertida recostandose sobre su cama -

Julieta: cuéntame - dije sentándome sobre la que era mía -

Romina: me hacía correr todas las tardes después del trabajo, desde los 7 años

Julieta: que? y eso por que?

Romina: yo caminaba desde la casa al colegio a las 6 am y luego de vuelta a las 5 o 6 pm, sola, y esa era su manera de protegerme, me enseño a correr mas rápido que nadie, por si alguien quisiera hacerme daño

Julieta: - reí al ver su cara - enserio? y te sirvió?

Romina: no se, preguntale a mi beca de atletismo y a mis trofeos - dijo apuntándo la pared -

Julieta: - me puse de pie y fui a ver sus trofeos - primer lugar, primer lugar, primer lugar, primer lugar, primer lugar - repetía mientras trataba de encontrar otro puesto -

Romina: no encontrarás un segundo lugar - dijo acomodándose en la cama -

Julieta: entonces tu padre tiene muy buenas ideas

Romina: y yo piernas largas - me guiño el ojo -

Julieta: - me gire al momento que sentí que mis mejillsa se sonrojaron -

Romina: - la sentí caminar hasta llegar a mi espalda - fumas?

Julieta: no, la verdad es que no se - dije mirándo dobre mi hombre en el lado opuesto de donde ella se encontraba -

Romina: te quedarás mucho tiempo aquí?

Julieta: - camine de vuelta a la cama - no lo se

Romina: mi padre jamás te pedirá que te vayas - dijo prendiendo su cigarrillo - y eres como la hermana que jamás tuve - se sentó a mi lado - solo que tu tienes el pelo mucho mas liso - dijo acariciándome -

Julieta: - empuñe con fuerza mis manos por los nervios que ella me provocaba -

Romina: - tomo mi mano derecha - tus manos son iguales a las de mi papá

Julieta: - sonreí - lo lamento, son asperas - dije escapando de su tacto -

Romina: me encantan, de verdad, tus manos asperas me hacen sentir una niña de nuevo - tomó de nuevo mi mano y se acaricio con ella el rostro -

Luis: aun no se duermen? - dijo entrándo sin aviso -

Julieta: - quite mi mano de inmediato disimulando aquella mirada que comenzaba a nacer

Romina: ahora no solo esta tu hija aquí, sino que está Julieta, así que aprenderás a tocar, si?

Luis: lo lamento, es que como ciertas personas me robaron la cerveza y me he quedado sin nada - dijo mirándo los envases vacíos sobre la cama Romina -

Romina: mejor, mañana tienes que ir a trabajar

Luis: y ustedes también, así que duermanse

Julieta: si, enseguida - dije sacándome los zapatos -

Luis: que tengan buenas noches - lo miré y le sonreí -

Romina: chao pa

Julieta: - me saqué la camiseta, mientras ella me miraba -

Romina: te molesta si termino mi cigarro?

Julieta: - negué con la cabeza mientras me sacaba los pantalones y me acomodaba en la cama -

Romina: - apagó su cigarrillo y se acerco a mi para taparme y besar mi frente - duerme bien

Me congele por completo, me gire para no verla mientras se desnudaba en la oscuridad, pero podía ver su sombra en la pared, sus curvas definidas, mi imaginación inconsciente me torturaba imaginando lo que no conocía, mis labios se humedecían de deseos por ser besados, mis manos temblaban y no me pude controlar, tuve que girarme, lentamente me di vuelta y frente a mi estaba su cuerpo desnudo, las marcas del ejercicio y la madurez de sus años que me provocaban de una manera inigualable, me acorde de ella justo en el momento en que la olvide, vi mi falta y la sentí como una herida autoinfligida, me gire otra vez y cerre los ojos, aunque tuve que peñiscar varias veces mis brazos para dejar de imaginarla, eran sus ojos negros los que parecían tan coquetos aun cuando solo sonreía, era su manera de inclinar la cabeza lo que me parecía tan llamativo aunque solo era un gesto de ternura conmigo, fue su beso, su rostro, su risa lo que me obligo a que esa noche yo soñara con mi compañera de cuarto.

# Un saludo a tod@s l@s que siguen leyendo, besos y abrazos para tod@s... Veersus