Frenesí de verano (4)
Placeres desconocidos...
Oscar se volvió lentamente, sin demostrar sorpresa. Sus ojos grises reconocieron a sinaí en la penumbra, al tiempo que sus labios se curvaban en una suave sonrisa.
-¡vaya! exclamó- la pequeña reina de plowland lake...
la chica sonrió a su vez, permaneció quieta a menos de un metro de distancia, oscilando entre la timidez y el desafió.
-estas solo? preguntó la muchacha- donde esta tu inseparable amigo?.
-¿Pedro? siguió su camino, pronto volveremos a encontrarnos.
en la cabeza de sinai aquellas breves palabras tuvieron sabor a carreteras polvorientas, amistades viriles, y a amores fugaces. dio un paso hacia delante, hasta que sus piernas rozaron el brillante metal de la moto, una Kawasaki, pintada de negro y amarillo.
-entonces a quien esperabas?- murmuró.
Oscar volvió la mirada hacia el lago, luego bajo la cabeza dijo:
-a ti, sabia que vendrías- dijo con naturalidad.
la chica trato de dominar su emoción aunque su mano se movía, como dotada de vida independiente hacia la chaqueta de piel.
-como .... lo sabias...?-murmuró.
-igual que tu- dijo él- era inevitable desde el momento en que nos vimos en aquel bar.
ahora fue la mano de él que sin vacilar se deslizo por el brazo de sinaí hasta posarse en su cuello, con suave firmeza la obligo a inclinar el torso hacia delante elevando la cabeza. la beso en la frente, en los párpados, en la comisura de los labios y en la barbilla, apretándola luego contra si. La chica aturdida por deliciosas sensaciones, beso a su ves la piel morena y los cabellos rubios sus brazos se escurrieron bajo la cazadora de cuero y rodeándolo, el respondió acariciándole la espalda, bajando sus manos hasta la cintura. ella echo la cabeza hacia atrás, mareada de placer. el chico recorrió con sus labios la fina piel de la garganta y bajo, despacio, hacia el nacimiento de sus senos. se detuvo en las suaves curvas palpitantes, apoyo un instante el rostro entre ambos pechos y luego se irguió, apartándose.
-ven...-murmuró, tendiéndole la mano.
la noche era mas oscura bajo el bosquecillo de arbustos. tendida en el suelo, sinaí atrajo hacia si a oscar, por primera ves se besaron en la boca. fue un beso lento, prolongado, dulce, tierno, un dulce y estremecedor reconocimiento mutuo. a la vez las manos se abrían camino y los cuerpos se encontraban y se exploraban sin brusquedad, apartando sabiamente las ropas, buscando las zonas mas cálidas y mas sensibles, como si siempre hubieran estado en contacto, como si se conocieran desde antes de la eternidad. permanecían tendidos unos junto al otro, besándose y acariciándose. suspendidos en un espacio sin tiempo. el empezó a acariciar los senos de sinaí mientras se besaban, con la otra mano iba bajando por todo su vientre pasando por el ombligo y hasta llegar a ese lugar que avisaba la cercanía de su mano a la fuente de amor, pasión y deseo... ella se estremecía y el seguro de si mismo jugaba con su piel tocando ese monte de vello tan suave y delicado, ella gemía un poco, su corazón se aceleraba demasiado, el tocó su rajita y estuvo investigando con sus dedos esa hermosa cavidad, y encontró el botoncito de placer, lo humedeció con los jugos de ella y después lo tocó, ella se estremeció de placer , sinaí sintió que su cabeza comenzaba a girar y que en su vientre estallaban extraños efluvios que anunciaban un placer desconocido. una ola de deseo electrizó cada centímetro de su piel. instintivamente se aferró a oscar. tiro su cabeza hacia atrás y cuando se incorporó jaló a oscar hacia ella intentando que el se volcara encima de ella. pero él se mantuvo a su lado, con sus labios pegados a su cuello acariciándola, entonces el mundo estallo dentro del cuerpo de sinaí. abrió la boca y un ahogado alarido de gozo se escucho en todo el lago. luego infinitos estremecimientos en escala ascendente, la fueron aplacando hasta caer en una dulce somnolencia.
-dios mío...-balbuceó- ¿qué es esto?
-suelen llamarlo amor- dijo oscar, besándola en el lóbulo de la oreja.
sinaí le miró, procurando aquietar los latidos de su corazón. en la penumbra los ojos del chico sonreían con un brillo afectuoso. ella busco sus labios con su dedo y los mantuvo allí como sellando tiernamente su boca.
-no uses esa palabra forastero- rogó- mañana estarás muy lejos de aquí...
-y tu también conmigo- aseguró él.
ella suspiro y dejo caer de nuevo la cabeza sobre la hierba fresca y suave.
-no digas tonterías..- balbuceó- esas cosas solo salen bien en las películas.
oscar se incorporo medias en un brazo y dijo:
-hablo en serio amor, pese a lo que hayas escuchado de los motoristas no solemos seducir a una muchacha en cada pueblo y raptarla en la moto. por el contrario somos mas bien tipos solitarios.- la miro y toco su rostro- yo...nunca en mi vida había sentido lo que siento por ti...
sinaí sintió un nudo en la garganta y sus ojos se humedecieron
-solo hace una hora que estamos juntos, ¿cómo puedes saber..?
-hubieran bastado cinco minutos y lo sabes.
-si.... y quizás basten cinco días para que todo se esfume.
-aunque fueran cinco horas, valdrán la pena si estamos juntos.
oscar bajo su mano y le acaricio el cuello. La chica luchaba entre las ansias de seguir con el motorista y el sentimiento de deber. de sus obligaciones familiares, de su noviazgo con Carlos, del temor a abandonar aquella vida monótona pero segura y confortable.
-abrázame- pidió ella tratando de ocultar sus lagrimas en sus hombros.
continuará.....