Frenesí de verano (5)

Sinaí se decide por la pasion y el deseo y se despide de su familia....

El ruido de la cerradura al girar la llave sonó en los oídos de sinaí como un escándalo metálico. Aguardo conteniendo la respiración, pero al parecer nadie la había oído. Cerró la puerta con cuidado y avanzo a tientas, no quiso encender la luz para no llamar la atención de sus padres que ya deberían estar dormidos en los brazos de Morfeo; cruzó todo el vestíbulo y la sala a tientas hasta llegar a la cocina.

Espero un momento a que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad, nada seria mas inoportuno que un entrechocar de cacerolas o que el frasco de mermelada cayera al piso. Al acostumbrarse a la oscuridad ella camino hasta la alacena donde su mamá guardaba el dinero de la comida de la semana pero solo había tres billetes de un dólar y unas monedillas que tilintearon dentro del botecito en el que su mamá guardaba el dinero.

Había olvidado que era sábado y que su madre recién había asistido la cocina de alimentos y repondría el dinero hasta el lunes y apenas era sábado; pero recordó que su papá había invitado a cenar en la ciudad a los Gonzáles, una pareja de amigos de sus papás, de seguro su papá tenia el dinero guardado en alguna parte, se imagino que podría estar en el despacho o en la cartera que deja encima de la mesita de noche en su habitación. Suspiró y pensó que era necesario encontrar ese dinero pues esos dólares no le alcanzarían para nada, era cierto que oscar solo le pidió que fuera por un poco de ropa pero pues no podía irse así pues sabia que las cosas no podrían funcionar y seria necesario contar con un poco de dinero. Aun así no entraría a la habitación de sus padres mejor se fue directo al despacho, quizás con suerte y ahí estaba el dinero; y así fue, sinaí conocía muy bien los movimientos de su padre.

Abrió el cajón y agarro el dinero contándole desesperadamente, ciento setenta dólares. Solo restaba dejar una nota de despedida antes de que alguien despertara cuando escucho ruidos en la escalera y se quedo quieta esperando a ver quien aparecía. Con el corazón casi queriendo salir de su pecho se fijo por la puerta entre abierta. Y la luz de una linterna le ilumino el rostro, obligándola a cerrar los ojos.

-que haces a estas horas aquí, sinaí Alexandra??- sinaí hizo pantalla con la mano para evitar la luz en su cara pues le molestaba.

-linda!!!, porque no duermes???

La niña bajo la linterna y bajo las escaleras sin contemplaciones por el ruido.

-chist!!!.....quieres despertar a todo el mundo?

-eso te iba a preguntar yo a ti. Hace horas que te oigo andar tropezando con los muebles.

-no eh tropezado con ningún mueble.

-de todas formas te eh oído perfectamente. Tengo el sueño muy ligero y el odio muy fino. Sabes? El doctor Suárez dice que se debe a que soy una chica muy sensible.

-bien chica sensible, lo que aras ahora es regresar de inmediato a tu cama-ordenó sinaí.

-antes tomare un vaso de leche. El doctor Suárez dice que...¿¿¿por qué diablos estas jadeando???

-nadie esta jadeando- dijo sinaí intentando dominar su agitación.

-hummm....

la niña levanto la linterna para ver el rostro de sinaí escudriñándolo.

-a ti te ah ocurrido algo- afirmo la niña- a mi no me engañas. ¿acaso has estropeado mi bici??

-tu bici esta perfecta en la cochera, acabo de dejarla ahí.

-eso esta bien- aprobó linda- entonces ¿por qué pones esa cara??¿ acaso te has enredado con el motociclista que esta ahí afuera??

-linda!!

La niña encogió los hombros.

-no pude evitar verlo cuando me asome por la ventana para tomar aire, el doctor Suárez dice que....

-quieres callarte por favor- interrumpe sinaí.

-parece un chico muy atractivo, bueno así se ve desde un primer piso.

-me voy a escapar con él.

La niña meneo la cabeza y apago la linterna tomando la mano de su hermana la llevo a la cocina y le dijo: - cálmate quieres un vaso de leche?