¿Por qué me mira así? 3

Los días en que te veía más hermosa, más bonita... Tan sublime, y al caminar hacia mí con esa sonrisa, con tus ojos posados en mí, sólo en mí, ese momento en que no existe nadie a tu alrededor y yo ignoro todo a mi alrededor al verte, al hablarte, nada más me importa.

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Y así iniciaron las vacaciones de verano para iniciar el tercer año de preparatoria. Al inicio de las vacaciones, no pasaron muchas cosas, hasta una fiesta a la que fui; iban a estar personas que realmente conozco por lo que sí decidí ir. Al llegar, ya sólo me esperaban a mí para ir a la casa de la chica de la fiesta; no sé qué pasó o qué pero Cris no me dirigía la palabra para nada, a penas y me saludó, yo no entendía por qué pero hice lo mismo que ella me hacía: la ignoraba; en el transcurso de la fiesta ya varios estaban pasados de copas, como cinco chicos ya estaban sin camisa bailando, yo sólo los veía y me reía, cada quien ya estaba en lo suyo, vi a Cris en el centro bailando también con los chicos sin camisa, pero ella sí tenía camisa, decidí acercarme a ella para ver qué tenía; no recuerdo cómo le inicié la conversación, ahí paradas en medio de todos los que estaban intentando bailar

Cris: Sí, hace una semana fui al doctor y me detectaron ‘’x’’ enfermedad.

Me dijo de qué estaba enferma, pero no lo recuerdo.

Yo: Pero ya fuiste al doctor, ¿no?

Cris: Sí, de hecho voy a ir a unas terapias.

Me provocó mucha tristeza por lo que por lo que le iba a dar un beso en su mejilla, pero ella se alejó

Yo: Déjame darte un beso (yo me refería a la mejilla)

Cris: …

Sólo se acercó a mí y me beso en la boca, fue un beso muy tierno, al separarnos lo que yo hice fue volverme a acercar a ella y darle otro beso igual de tierno que el que me dio ella, al separarnos la abracé muy fuerte y me alejé, dejé que ella siguiera intentando bailar.

Así transcurrió parte de la fiesta; después de la media noche le dije a Cris que me acompañara a comprar unos cigarrillos; salimos de la casa, yo ya había bebido bastante, por lo que ya no estaba en mis cinco sentidos y en mis recuerdos sólo recuerdo:

Ella y yo besándonos fuera de la casa, por ser tan noche ya estaba bastante oscuro, y en donde estábamos era una especie de callejón por lo que no pasaban personas ni automóviles. Yo la tenía contra la pared, le besaba el cuello y regresaba a su boca, bajé mi mano hasta su pantalón, se lo intenté desabrochar y no podía, bajé la otra mano para con las dos intentar desabrocharlo y tampoco podía, el alcohol ¡sí me estaba haciendo efecto! Le dije, no puedo desabrochar tu pantalón… ella bajó sus manos, desabrocho el botón y me dijo, ya… (En todo este momento no parábamos de besarnos) primero metí mi mano por encima de su ropa interior, pero rápidamente la saqué y volví a meter, pero esta vez ya en contacto directo con su sexo, comencé a estimular su clítoris con dos de mis dedos, ya comenzaba a escuchar sus ligeros suspiros; yo tenía en la totalidad el control de la situación, ella también me tocaba, metió su mano dentro de mí, yo ya sentía muy rico, le besaba el cuello, regresaba a su boca, toda esta situación era muy loca, porque sabíamos que en cualquier momento alguien iba a salir, y así pasaba, lo único que nosotras hacíamos al sentir la presencia de alguien más era sacar las manos y sólo continuar besándonos… Por un momento dejaron de salir personas de la fiesta, lo que me dejo masturbarla continuamente hasta que la sentí llegarse en mi mano…

ACTUALIDAD:

Esos días en los pensaba que te veías realmente hermosa comenzaron a disiparse de mi mente, ya no te veía tanto así, ya te veía, ya te sentía más como mi mejor amiga. Pienso que el hecho de que yo esté enamorada de ti, hace que nuestra amistad sea tan completa, y el olvidar este amor que siento por ti hará que nuestra amistad cambié.

La razón principal es la chica de mi nuevo grupo… Alannah, se llama Alannah, que nombre tan raro, ¿no? Ni siquiera recuerdo como llamó mi atención, porque habiendo tantas chicas bonitas en la escuela y que en particular ella me interese… Pues, quién sabe por qué. Estamos juntas en todas las clases, pero, ay, cuánto se me dificulta hablarle, no nos hablamos, sin contar que sólo hablamos de los trabajos en clase, que la tarea, que cómo se hace esto y bla bla.

Ella no me habla y yo por consecuencia no le hablo o no sé si yo no le hablo y en consecuencia ella no me habla. Pero sí me mira… ¡Su sonrisa!... ¡sus ojos! Nunca me ve a los ojos, pero cuando lo hace, puedo notar que son muy oscuros, sus pestañas son largas… Me encanta su forma de sonreír. De sonreírme.

Todo es tan raro, no entiendo, mi relación con Alannah, si es que se le puede llamar ‘’relación’’, es tan extraña. Nunca hablamos en las clases, pero cuando nos encontramos entre cada cambio de clase ella me sonríe, pero, de la forma más bonita que te puedas imaginar; lo bonito en esto es que siempre que estamos en un mismo lugar sin querer, aunque estemos rodeadas de tantas personas, siempre nos vemos, y allí es cuando me sonríe y seguro que yo le sonrío de la forma más espontanea, mostrándote la sonrisa tan bonita que me provoca.

Hay veces en la que nos vemos y no pasa nada, no hay sonrisa ni nada. Ella se pasa derecho como si nada y yo hago lo mismo.

He notado que me ve, Alannah me ve con cierto interés, o eso quiero creer; he notado que ella nos ha visto ocasionalmente cuando te abrazo o cuando caminamos de la mano, yo como por querer saber algo me acerco hacia ella y a los que están con ella, les pregunto cualquier cosa de alguna tarea, y Alannah no me voltea ni a ver y mucho menos me contesta. Hasta he llegado a pensar que le molesta que sea así contigo.

Alannah, la razón por la que pensé ya estar superando todo lo que sentía por ti. Hoy me siento terriblemente mal. De nuevo siento por ti.

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Así pasó hace tres días mientras estábamos en la clase, tú estabas escribiendo mientras me decías:

-Ayer le escribí un mensaje a Emmanuel, mira, léelo.

Sacaste tu móvil (teléfono celular) presionaste unos cuantos botones y me mostraste el mensaje mientras continuabas escribiendo; no recuerdo con precisión, pero, le decías que ya no podías seguir con él, no lo amas lo suficiente como para perdonarle saber que él está con otra chica, saber que ama  a otra chica (sí, él te engaña… o engañaba), sabes que él tiene que vivir pero, tú no le puedes dar ese apoyo.

Estos últimos días he fumado con mayor frecuencia marihuana; lo que incluye ese día hace tres días. Estaba leyendo el mensaje y aún tenía los efectos me sentía un poco confundida, al leer el mensaje, en la forma en que tú lo escribiste me llegó tanto, inclusive los ojos se me aguaron, y te dije:

Yo: Está muy llegador ese mensaje (no se me ocurrió nada más por decir, incluso me pareció una respuesta estúpida, no sabía qué decir).

-…

Yo: Me gustó la parte donde le dices algo de las mujeres y no sé qué.

Te dejé el móvil sobre la mesa en la que escribías y me quedé observando lo que hacías y allí viene lo que hizo que mi mundo, mi mundo de sentimientos hacia ti se removiera, sólo con una simple pregunta, una pregunta que no me asegura absolutamente nada, pero simplemente, me hace pensar tanto. Sin más ni más:

-¿Tú quieres que termine con Emmanuel?... (Mientras me preguntaste eso, en ningún momento me miraste, seguías con la cara sumergida en esa tarea o no sé qué y en ningún momento de la conversación me miraste)

¿Qué podía decirte yo? ¿Qué tipo de respuesta esperabas? ¿Por qué me preguntabas eso a mí? No sabía qué decir, qué hacer, no sabía si era mi oportunidad de decirte de alguna forma lo que sentía por ti. Y si tú al hacerme aquella pregunta esperabas que te dijera algo, aprovechándote de mi estado mental. Tantas preguntas pasaron por mi mente, que lo único que hice fue abrir los ojos, que es el estado natural de la sorpresa, y recargarme en el respaldo de mi asiento, viendo por la ventana, de hecho sin ver nada, seguir analizando tu pregunta.

Yo: …

-…

Yo: Pues, Emmanuel es un buen muchacho… (Chico, chaval, adolescente)

No te podía dar una respuesta concreta… No quería hablar de más.

-Pero dime, ¿a ti te gustaría que terminara con Emmanuel?

Yo no te podía responder rápido, simplemente, me seguía preguntando ¿por qué me preguntas a mí? Después de un poco, te dije algo más estúpido o ya más bien mi comportamiento era torpe.

Yo: Ah… qué, qué me preguntaste… Que si yo quisiera que te terminaras con él o que… o ¿qué era?...

Creo que te fastidió el hecho de que yo le estuviera dando tantas vueltas a la respuesta, por lo que me respondiste con cierta molestia en la voz.

-Ay no te hagas… bien que me escuchaste ¡¿Te gustaría que terminara con Emmanuel?!

Sabía que no te tenía que decir mis sentimientos, no era el momento y yo no podía aprovecharme de esta situación.

Yo: Pero, ¿qué quieres que te diga? No es mi vida, no tengo por qué meterme, son tus decisiones y no es mi relación.

-…

Oh, qué bien me sentía, ¡me preguntaste! Resurgieron mis dudas, ¿yo te podría gustar? ¿Por eso me preguntaste?

Ayer te vi muy poco. Casi no hablamos, más bien, te noté un poco callada, no sé si sólo conmigo, pero te noté un poco apartada de mí, eso no es tan nuevo, últimamente eres algo fría conmigo, ya casi no me abrazas, escasamente me dices que me quieres… Me pregunte, tu comportamiento frío conmigo, ¿comienza cuando tú me viste de la mano de aquél chico? o ¿cuándo por error me viste besarlo?, o el ¿por qué últimamente, en todo momento me ves con él? Recuerdo, en  mis vagos recuerdos, que en esos momentos es cuando te comencé a notar alejada de mí, o simplemente quiero creer eso.

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Gracias por leer! De verdad gracias, por favor comenten J