La Portera
Relato hetero de un prostituto de vocación, que por morbosidad y casualidades de la vida acude mediante una llamada a su teléfono móvil a un servicio, resultando ser la pareja de porteros de la finca de donde vive.
Hacía poco que me había instalado en un piso de alquiler después de unas reformas. Yo estaba trabajando en mi ordenador y tenía cerca mi teléfono móvil, me presento, yo me llamo Ricardo tengo 36 años, ejerzo la prostitución para señoras como complemento ni tan sólo me dedico exclusivamente a ello pero me va bien no tan sólo por el dinero ya lo hago ya más por el morbo.
En aquella finca antigua de escaleras estrechas pero bien reformada vivían pocos vecinos, con lo cual yo ya me planteaba de dejar...