Una cita especial
Todo comenzó cuando mi marido me invitó a cenar.
El otro día, mientras daba mi paseo diario, me llaman por teléfono.
Si ¿quien es?
Nena, soy yo. Te invito a cenar. Te paso a recoger en una hora. Besos.
Era mi marido, que me invitaba a cenar, pero ¿por qué? La verdad es que no me importó mucho el por qué. Llegué a casa, me di una ducha fría de esas rápidas y empecé a prepararme. Abro el armario y lo primero que veo es un vestido monísimo, largo, negro de tirantes, con la espalda al aire, y que todavía no había estrenado: "mejor...