Belle de Jour
La prostitución no siempre es la salida sórdida a la miseria. para Belle es la necesidad de cumplir un anhelo intensamente deseado.
Una mujer hermosa y joven, de unos treinta años, deambula nerviosa por la acera de una calle concurrida. Viste elegante, un sobrio conjunto sastre de minifalda y chaqueta y zapatos de tacón. El pelo suelto en una melena rubia y unos ojos de un azul claro intenso que ahora esconde tras unos cristales ahumados.
Aún nadie ha reparado en ella, pero un observador atento se preguntaría qué hace esta mujer paseando nerviosa calle arriba y abajo desde hace media hora. Cada cierto tiempo fija la mirada e...