Toda una mujer
La flamante y poderosa ejecutiva se rinde ante la verga de un simple empleado de seguridad que con gran descaro entra en su despacho y se exhibe ante ella. En vez de echarlo, hipnotizada por su miembro, le hace una mamada de lujo y traga con avidez su semen.
Sensual, elegante, femenina, distinguida, Mayra siempre había sido lo que la dignidad de su linaje exigía, su doble apellido, su vida perfecta. Todo en ella tenía y mantenía la clase, el estilo que se esperaba, moderación, conducta y apariencia habían sido toda su vida una constante. Y ahora en la madurez, con toda la plenitud de sus virtudes femeninas no podía permitirse tirar todo aquello por la borda.
Pero la situación la había superado, se había permitido un cierto coqueteo con algunos empleados d...